Las rabietas pueden incluir comportamientos como quejarse, llorar y poner sobre nombres. También incluyen comportamientos como gritar, patear, dar puñetazos, arañar, morder y hasta conductas autodestructivas tales como golpear la cabeza contra la pared y aguantar la respiración hasta el punto de desmayarse.

Las rabietas son una parte normal del desarrollo de los niños pequeños. Es sólo una etapa temporal en el camino del aprendizaje para manejar la frustración. Para algunos niños las rabietas obstruyen la continuación de su desarrollo emocional y la madurez. Los niños casi nunca tienen rabietas solos, ocurren casi exclusivamente en presencia de otros. Esto sugiere que la solución al problema está en examinar cómo las personas interactúan antes, durante y después que ocurra la rabieta.

Si una o más de estas características describen la experiencia con tu hijo, puede que esté desarrollando un serio problema de rabietas.

¿Cuándo debo preocuparme por las rabietas?

Posibles Problemas

1. Si su niño tiene rabietas en muchos lugares.
2. Si su niño tiene rabietas sin importar quién lo cuide.
3. Cuando las rabietas aumentan cada día.
4. Si las rabietas cada día son más fuertes.
5. Si su niño se hace daño o le hace daño a otros durante la rabieta.
6. Si recibe una dosis de atención adicional cuando ocurre rabieta. Por ejemplo cuando lo aguantan.
7. Cuando detiene la rabieta, dándole lo que quiere.
8. Si evitas llevar al niño al supermercado, a la iglesia, a visitar familiares porque temen que le de una rabieta al niño.
9. Se hace difícil conseguir a alguien que cuide al niño.

Traducido y adaptado de A. Canter and S. Carllo (Eds.), Helping Children at Home and School: Handout From Your School Psychologist (Bethesda, MD,; National Association of School Psychologist, 1998), pp. 351-353 ” Adaptado por: Bonilla I. (M.S. Sicología Educativa)